la colmena
Alba Torres González
Mi nombre es Alba. Hace 36 años nací en esta ciudad (Albacete), crecí en una familia con gran sensibilidad artística y estética. Mi infancia y juventud estuvieron marcadas por el contacto con la naturaleza y el trabajo en grupo. Estuve 15 años en un Grupo Scout siendo monitora de niños varios años. Gracias a ello le doy muchísima importancia al juego en el espacio natural.
Comencé estudios de moda en Valencia, al no cubrir mis expectativas decidí estudiar Integración Social. Fui voluntaria, haciendo actividades lúdicas para niños en exclusión, trabajé como asesora laboral para el colectivo inmigrante, trabaje en Toledo con jóvenes discapacitados en una entidad con una mirada muy respetuosa y capacitante hacia un colectivo muy anulado, donde trabaje en un piso tutelado fomentando la autonomía en las actividades de la vida diaria y la búsqueda de empleo.
Volví a Albacete debido a la crisis económica para trabajar en la empresa familiar en el sector del calzado durante años sin sentirme completa, pues faltaba lo esencial. Gracias a mi carácter emprendedor y creativo, tome las riendas para transformar la empresa en un proyecto más personal y social, impulsando y visibilizando la artesanía y el arte local en Albacete.
Tras quedarme embarazada de mi hijo decidí comenzar un nuevo camino, fue una auténtica transformación que me hizo cuestionarme el sentido de mi vida. Con un fuerte impulso e inquietud comencé a interesarme por la maternidad, la crianza y la educación mas respetuosa y consciente que iban muy en sintonía conmigo, gracias a una amiga maestra descubrí la pedagogía Waldorf, me quedé completamente fascinada de la profunda y completa visión que tiene del ser humano.
Este descubrimiento derivó en mi un fuerte deseo de cuidar la infancia, aportando recursos de calidad para satisfacer sus necesidades y ritmos. Comencé la formación en pedagogía waldorf y educación infantil. Hice mis prácticas en la Colmena trabajando como maestra de apoyo en el aula infantil y maternal en el curso 2019-2020. He podido encontrar en la Colmena que otra educación es posible; una educación basada en el respeto y el cuidado a la infancia, acompañando amorosamente los procesos evolutivos de cada niño, atendiendo su esencia, siendo el juego libre la base para posteriores aprendizajes superiores sin imponer lo intelectual por encima de lo humano. “Educando para la vida”.